No me da vergüenza reconocer que estoy bastante enganchado a una serie llamada “Yo soy Bea”. Puedo vivir sin ella, eso está claro, pero en igualdad de condiciones suelo poner el canal que la emite para “matar el tiempo” de forma entretenida.
Es curioso que siendo una adaptación española de una telenovela latinoamericana me haya gustado, ya que desde Cristal, allá por el año 1989, ninguna otra había llamado mi atención. Yo al fin y al cabo era un fan de series como Dallas, Falcon Crest o Dinastía, y la comparación en medios, fotografía, exteriores, luminosidad era siempre odiosa con las teleseries de nuestros hermanos hispanoamericanos. Pero aunque “Yo soy Bea” empezó como un remake de una “novela” pronto logró parecerse más a las comedias españolas de toda la vida, con sus momentos de risas y también los de llantos. Continuar leyendo «Más ficción y menos reality»